Advertencia

Este blog contiene lenguaje e ideas que pueden ser ofensivas a ciertas personas. Si no quieren leer groserías, comentarios hirientes o sarcásticos, NO SIGAN LEYENDO ESTE FUCKING BLOG!!! porque este blog está basado en la realidad desde mi punto de vista, y yo no veo las cosas color de rosa. Valga decir que los vituperios serán tomados como halagos, así que no gasten sus energías en tratar de herirme u ofenderme, porque no lo lograrán.

A los posibles plagiadores:

El plagio es la cosa que más deshonra a un escritor, amateur o profesional. La sensación del plagiado es de gran rabia, y la del plagiador cuando se dá cuenta de lo que hace es peor aún. ¡No se degraden! ¡No plagien material! ¡Respeten la creación ajena, que es fruto personal de cada escritor! Por favor, si desean usar una parte (o todo) del material que aparece en este blog, háganlo con libertad, pero den el crédito a los correspondientes autores. Yo hago lo mismo.

lunes, 26 de febrero de 2007

Fealdad e Ignorancia

El otro día (iba a decir "hoy", pero el tiempo ya pasó) fue mi primera clase en Lenguaje y Redacción. A la hora de nombrar un libro y su autor, los pocos que dijeron algo y no movieron la cabeza de un lado al otro mencionaron libruchos de moda, o librillos modernos, nada elaborados, como los de Cuahutémoc Sanchez, o como máximo a Isabel Allende. Una excepción fue un muchacho que nombró "La Metamorfosis" de Franz Kafka (que no es el colmo de cultura, ya que es requisito para aprobar literatura en la mayoría de los colegios). Yo fui el único (el ÚNICO) que no nombró un autor latinoamericano o mexicano; respondí "Almacén de Antigüedades" de Charles Dickens. Más de la mitad de los asnos no nombró ningún libro! Por Kasbeel! qué pasa en Bolivia que la gente no tiene cultura ni en una institución prestigiosa como una universidad privada? Tan mala es la educación básica que la gente no sabe ni siquiera quién es Dickens, o Julio Verne?. Uno talvez (TALVEZ) los perdonaría si fueran un poco más ornamentales, porque si algo no sirve para cosas útiles, al menos debería servir como adorno... pero aparte de ser ignorantes, la mayoría son feos! y lo que es peor, se dan unos aires de belleza que ni Narciso podría superar. Así comprobé en mi primer día de Academia Sith, que el boliviano promedio es FEO e IGNORANTE, capaz de espantar al mismo Kasbeel con su fealdad, pero incapaz en su ignorancia de diferenciar entre la "v" y la "b", o entre la "s", la "c" y la "z". Realmente, "El animal que más se parece al Hombre es el Hombre" (Enrique Jardiel Poncela)

domingo, 25 de febrero de 2007

El Baluarte

Un sinuoso camino que se desplaza entre los viejos árboles de un denso bosque lleva a la entrada al castillo. Desde lejos la fortaleza tiene un aspecto un tanto amenazador Un foso rodea la muralla exterior. La puerta consiste en un rastrillo de hierro y un puente levadizo. Al atravesar la muralla, un guardia avisa al visitante que más allá de la puerta al castillo, nadie se hace responsable de lo que vea. Después de atravesar una explanada llena de espinos, una puerta inmensa de roble. Adentro, la más extraña mezcla de luz y obscuridad tiñe los salones desordenados de la torre de homenajes. Muchos objetos considerados peligrosos, terribles y hasta a veces prohibidos yacen por todo el castillo. Las paredes son adornadas por una colección muy ambigua de cuadros y tapices... algunos muestran verdes explanadas con ciervos pastando plácidamente, mientras que otros plasman visiones caóticas de los alrededores, con demonios y sombras por doquier, algunos sólo muestran una mano, o un ojo, o seres humanos incompletos, la mayoría muestra a los hijos de Caín. Lo que más llama la atención es un extraño sonido que vibra en el aire de todo el castillo, una especie de mezcla entre violines, tambores, truenos, gritos de dolor, gemidos de placer, objetos cayendo al agua,formando una melodía que pocos llegan a comprender, y aún más pocos llegan a disfrutar... en la torre más alejada de la entrada hay una habitación bajo llave, mirando a través de una rendija se distingue solo una mesa iluminada por la luz de la luna, sobre la cual hay un pequeño libro abierto, al lado de un frasco de tinta con una pluma de cuervo sobresaliendo de él, detrás del frasco hay un pequeño florero de vidrio rojo oscuro, del cual asoma lívidamente una rosa muerta de un color azulado, una silla enmohecida al lado de la mesa hace pensar que esa habitación no se usa con frecuencia. La gente viviendo en el castillo no es muy numerosa, aparte del Señor del castillo, solamente hay unas seis o siete personas, contrastando con la inmensidad de los salones y la altura de los techos, el castillo parece abandonado a momentos. Al bajar las escaleras hacia la salida, el orden de las habitaciones parece haber cambiado ligeramente, y el recibidor muestra una imagen un tanto diferente a la mostrada al entrar. Al alejarse del castillo hacia la muralla exterior, se distingue una silueta en la puerta semiabierta, a veces es lo último que el visitante ve del castillo en su vida.