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martes, 13 de marzo de 2007

El Pueblo

Aviso: Para entender con totalidad este artículo, el lector habrá de leer el anterior artículo de esta categoría (El Baluarte de mi Mente), y además tener un coeficiente intelectual mayor que 100.


Alrededor de la fortaleza siempre hubo un pueblo. Se podría decir que el pueblo creó la fortaleza, pero a veces el baluarte parece haberse creado solo, y se ve solo también, a pesar de la gran actividad que hay en los alrededores.

Aunque no afectó mucho a algunos de los moradores del castillo, hubieron grandes cambios en el pueblo. En realidad es como si hubieran existido dos pueblos en el mismo lugar.

El Primer Pueblo fue un sitio pequeño, pero antiguo, un lugar cargado de historia; que fue víctima de la manipulación de hombres indignos y sin honor. Los hechos se los reservo a los historiadores, simplemente diré que el pueblo se desplomó a los pies de la fortaleza, quedando unas cuantas ruinas, testigos mudos de la caída del lugar. No era un sitio grande o variado, pero era tranquilo, acogedor y muy antiguo, en el que el castillo era notable, no pasaba desapercibido; además del baluarte habían muy pocos edificios igual de grandiosos, al menos eso pensaba el Señor del castillo, y por esa razón no salía mucho ni visitaba otras construcciones, generalmente se quedaba en su palacio. Muchos de las personas que habitaban o frecuentaban el castillo tenían propiedades en el pueblo; en realidad, los lugares más imponentes o interesantes pertenecían a nobles del palacio, el resto del pueblo estaba compuesto básicamente de casuchas hechas siguiendo al parecer un mismo patrón, o construcciones mal hechas, grandes pero rústicas. Por esto mismo era un lugar tranquilo, los intereses no eran muy grandes ni se estrellaban los unos contra los otros; no había mucho movimiento, ni el problema que el movimiento excesivo acarrea. Después de la caída del Primer Pueblo mucha gente murió o escapó a tierras más prometedoras; entonces llegaron los colonos y empezaron a construir el Segundo Pueblo.

El segundo pueblo había aparecido tan fugazmente como había desaparecido el primero. Grandes construcciones se alzaban día a día, gracias a la gran tecnología traída por los colonos. Muchos de estos edificios eran centros de las artes, las letras y la filosofía; universidades y academias, escuelas, teatros y museos, todos llenos de maestros brillantes. El nivel de vida subió vertiginosamente alrededor del castillo, que ya no era la única edificación imponente en el paisaje, otros palacios y castillos se fueron alzando poco a poco, cada vez más cerca del Baluarte. Así el castillo perdió algo de su importancia, y el respeto del Señor casi desapareció junto al Primer Pueblo. Pero el Baluarte no había perdido poder, y el amo no perdió su habilidad de usar ese poder, al contrario, se empezó a preparar para tomar el control del Segundo Pueblo como hizo antes con el primero.

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